C1
11:12 p.m. Edit This 0 Comments »
- Pura burla hipócrita y preguntas sin destino haces, realmente crees que tus aires de sapiencia engreída me va a cautivar? –me preguntó sin ninguna sutileza y clavándome directo la daga a mi orgullo recién estrenado.
- Jajaja, así que ahora tengo aires de sapiencia, fíjate tú que yo no sabía que despilfarraba esa imagen hacia ti, pero dime, así con la misma sinceridad que has hablado, te soné engreída?
- No digo, haces las mismas preguntas de rebote, como decir que azul es azul, realmente creo que quieres encubrir tus estúpidas alusiones de cultura que en realidad posees solo a medias, y eso ya es darte mucho mérito.
- Hago preguntas sin sentido, poseo aires de sapiencia y de cultura a medias, soy engreída, algo más? –le respondí casi burlonamente a sus preguntas con una gran sonrisa en mi rostro.
- Y sigues con lo mismo que empezamos señorita, y continuas burlándote de todo cuanto yo considero que es serio, al menos algo que sería digno de tomar con un poco mas de tino y más criterio de tu parte –lo dijo esta vez más calmo, pero aun serio y adusto.
- Hasta ahora he hablado, de la única forma que he aprendido a hacerlo y me viene en gana decirlo, por otra parte en ningún momento me lancé con improperios a ofender tu opinión o los principios de tu persona, aunque difiero ciertamente de ti en casi todo.
- Claro, es difícil para una señorita como tú atreverse a dar una opinión totalmente honesta respecto al otro o a un tema, pues tengo la certeza de que siempre buscas agradar al que te acompaña y buscas embelesar con risas e ideas dulzonas a hombres que incautos se creen las palabras que salen de tu boca. Estoy muy seguro, de que no dices todo lo que piensas, no es así?
- Oh, claro tienes mucha razón, tú; no digo todo lo que pienso; por ejemplo ahora estoy queriendo ir al baño y después irme a mi casa y ver una película que me haga sentir más cómoda o al menos tranquila, en vez de estar aquí contigo escuchándote decirme una agresión tras otra, sin que yo pueda entender aun por qué lo haces.
- Mira, si te quieres ir, puedes irte, haz lo que desees y sé al menos por esta vez un poco más coherente con lo que piensas, sientes y haces –y al terminar de decirlo se levantó de la mesa y me hizo una señal de que me iba a acompañar hacia mi camino de regreso a casa.
- Jajaja, realmente creíste lo que te acabo de decir? –y volví a responderle burlonamente, buscando que llegue a explotar de furia y rabia.
- ¿Estas jugando conmigo o qué?, me estas cansando, por qué mejor no somos totalmente sinceros y aceptamos que no nos soportamos y que nunca vamos a estar de acuerdo respecto a nada –esta vez lucía aun mucho más molesto y serio que nunca; y volvió a sentarse.
- Sincera estoy siendo, yo no me quiero ir, y no me ha causado molestia tus opiniones –mentí un poco- yo quisiera sin embargo saber, porque te has sentido de algún modo ofendido, o afectado por como yo te hablo; ya que en ningún momento he querido incomodar y arruinar esta bonita velada.
- Sigo creyendo que todo lo que sale de tu boca solo es veneno de sabor a miel, ¿por qué mientes tanto?, ¿porque no dices la verdad?, dime, yo sé que todo lo que dices siempre, todo es una mentira.
- Wuauuu, ahora también soy mentirosa; fíjate que mi carrito de defectos cada vez se está llenando más, vamos sigue, sigue quejándote –un poco afectada pero lo animé a que continuara.
- Creo que salir contigo ha sido la peor decisión que pude haber tomado esta mañana, estás llena de figuras y máscaras y no entiendes ni un ápice de lo que opinas muchas veces, antes te me figurabas más sabia, más Afrodita, más Musa; pero ahora veo como eres en realidad, y no eres ni el eco de lo que te soñé –se había calmado diciendo esto y me miraba interrogante, queriendo que yo le lanzase una respuesta tonta para que confirmara su presunción.
- Asumo que ya es casi lo último que tienes en la manga para querer hostigarme y afectarme, así que ahora si seré un poco más abierta contigo…Sí, tienes razón en casi todo lo que me aludes, soy inculta, soy engreída, soy burlona, intolerante también te faltó alegarme, soy mentirosa también y muchas otros adjetivos que van de la mano de los que ya mencioné…casi nunca te equivocas ante mis ojos, pues toda opinión que sale de tu boca, es para mí una verdad hecha ley, y te la discuto porque pretendo figurarte una mujer con criterio, alguien que entiende lo que dices, pues quien mejor para entender y replicar un juicio, que el que te critica. Tú en mi vida, eres lo que admiro, lo que yo quisiera hacer, lo que quisiera saber y alcanzar algún día; por supuesto no de la misma forma y no completamente gemela de tu ser, pero alguien similar. Siempre te he visto sonreír y cortejar, siempre tierno, galante, curioso, amable y preguntón; pero hoy te has revelado ante mí y te has vuelto otro, una persona desconocida para mí, me has hablado como nunca te he oído hablar y aun así te doy la razón. Pues para mi, en esta tarde, en este día, no me importa tener la razón, no me importa si soy o no culta, si tu sabes más o yo sé menos; este día lo único que me importa es estar discutiendo contigo. Y tienes aun más razón al decir que miento… Sí, cuantas veces no te he mentido, y he dicho que sí a cada capricho tuyo con encanto; no pues yo no estaba encantada. Yo le tengo miedo hasta a tu sombra, le tengo miedo a tu opinión, a tu sonrisa, a tus preguntas…sin embargo he aprendido hoy a reírme. Me rio porque ya nada es importante o irrelevante, todo es igual al fin y al cabo. Puedo hacer y decir muchas cosas de mí y de lo que pienso pero eso no va hacerte cambiar las cavilaciones ni juicios que tienes de mí. Me rio porque no me queda nada más que hacer. Porque sé que esto me causa más pesar que a ti.
- Basta señorita, basta ya –se había sensibilizado pero aun me miraba con seriedad y lejanía en los ojos.
- Sí, basta ya, basta –tuve ganas de llorar y a la vez de reír, pero sentí una paz muy en el interior desde la garganta.
- No te creo nada, pues tu misma has aceptado tu mentira general, que nada es cierto en ti, y aunque me sorprende tu imaginación para querer convencerme, te doy las gracias por esto, te tendré siempre en recuerdo, pues tu mejor que nadie me has sabido complicar, ese mérito lo posees hasta ahora.
- He dicho todo cuanto es cierto para mí, pero a la vez tú tan sabio, tan lleno de conjetura y juicio siempre tendrás a quien juzgar y alegarle la mentira, para que sigan actuando cíclicamente en tu teatro. Y siiiiiiii basta ya, basta ya.
- Adiós señorita, Ud. si que está loca –sonrió pero sin seguridad y se volteó para alejarse.
- Sí, estoy loca –lo observé alejarse y aun estando cerca me invadió completa la inagotable nostalgia, aun seguía temiéndole a su juicio y también le di casi toda la razón, pero esta vez fue diferente, esta vez me sentí mejor y me reí de mí.
- Jajaja, así que ahora tengo aires de sapiencia, fíjate tú que yo no sabía que despilfarraba esa imagen hacia ti, pero dime, así con la misma sinceridad que has hablado, te soné engreída?
- No digo, haces las mismas preguntas de rebote, como decir que azul es azul, realmente creo que quieres encubrir tus estúpidas alusiones de cultura que en realidad posees solo a medias, y eso ya es darte mucho mérito.
- Hago preguntas sin sentido, poseo aires de sapiencia y de cultura a medias, soy engreída, algo más? –le respondí casi burlonamente a sus preguntas con una gran sonrisa en mi rostro.
- Y sigues con lo mismo que empezamos señorita, y continuas burlándote de todo cuanto yo considero que es serio, al menos algo que sería digno de tomar con un poco mas de tino y más criterio de tu parte –lo dijo esta vez más calmo, pero aun serio y adusto.
- Hasta ahora he hablado, de la única forma que he aprendido a hacerlo y me viene en gana decirlo, por otra parte en ningún momento me lancé con improperios a ofender tu opinión o los principios de tu persona, aunque difiero ciertamente de ti en casi todo.
- Claro, es difícil para una señorita como tú atreverse a dar una opinión totalmente honesta respecto al otro o a un tema, pues tengo la certeza de que siempre buscas agradar al que te acompaña y buscas embelesar con risas e ideas dulzonas a hombres que incautos se creen las palabras que salen de tu boca. Estoy muy seguro, de que no dices todo lo que piensas, no es así?
- Oh, claro tienes mucha razón, tú; no digo todo lo que pienso; por ejemplo ahora estoy queriendo ir al baño y después irme a mi casa y ver una película que me haga sentir más cómoda o al menos tranquila, en vez de estar aquí contigo escuchándote decirme una agresión tras otra, sin que yo pueda entender aun por qué lo haces.
- Mira, si te quieres ir, puedes irte, haz lo que desees y sé al menos por esta vez un poco más coherente con lo que piensas, sientes y haces –y al terminar de decirlo se levantó de la mesa y me hizo una señal de que me iba a acompañar hacia mi camino de regreso a casa.
- Jajaja, realmente creíste lo que te acabo de decir? –y volví a responderle burlonamente, buscando que llegue a explotar de furia y rabia.
- ¿Estas jugando conmigo o qué?, me estas cansando, por qué mejor no somos totalmente sinceros y aceptamos que no nos soportamos y que nunca vamos a estar de acuerdo respecto a nada –esta vez lucía aun mucho más molesto y serio que nunca; y volvió a sentarse.
- Sincera estoy siendo, yo no me quiero ir, y no me ha causado molestia tus opiniones –mentí un poco- yo quisiera sin embargo saber, porque te has sentido de algún modo ofendido, o afectado por como yo te hablo; ya que en ningún momento he querido incomodar y arruinar esta bonita velada.
- Sigo creyendo que todo lo que sale de tu boca solo es veneno de sabor a miel, ¿por qué mientes tanto?, ¿porque no dices la verdad?, dime, yo sé que todo lo que dices siempre, todo es una mentira.
- Wuauuu, ahora también soy mentirosa; fíjate que mi carrito de defectos cada vez se está llenando más, vamos sigue, sigue quejándote –un poco afectada pero lo animé a que continuara.
- Creo que salir contigo ha sido la peor decisión que pude haber tomado esta mañana, estás llena de figuras y máscaras y no entiendes ni un ápice de lo que opinas muchas veces, antes te me figurabas más sabia, más Afrodita, más Musa; pero ahora veo como eres en realidad, y no eres ni el eco de lo que te soñé –se había calmado diciendo esto y me miraba interrogante, queriendo que yo le lanzase una respuesta tonta para que confirmara su presunción.
- Asumo que ya es casi lo último que tienes en la manga para querer hostigarme y afectarme, así que ahora si seré un poco más abierta contigo…Sí, tienes razón en casi todo lo que me aludes, soy inculta, soy engreída, soy burlona, intolerante también te faltó alegarme, soy mentirosa también y muchas otros adjetivos que van de la mano de los que ya mencioné…casi nunca te equivocas ante mis ojos, pues toda opinión que sale de tu boca, es para mí una verdad hecha ley, y te la discuto porque pretendo figurarte una mujer con criterio, alguien que entiende lo que dices, pues quien mejor para entender y replicar un juicio, que el que te critica. Tú en mi vida, eres lo que admiro, lo que yo quisiera hacer, lo que quisiera saber y alcanzar algún día; por supuesto no de la misma forma y no completamente gemela de tu ser, pero alguien similar. Siempre te he visto sonreír y cortejar, siempre tierno, galante, curioso, amable y preguntón; pero hoy te has revelado ante mí y te has vuelto otro, una persona desconocida para mí, me has hablado como nunca te he oído hablar y aun así te doy la razón. Pues para mi, en esta tarde, en este día, no me importa tener la razón, no me importa si soy o no culta, si tu sabes más o yo sé menos; este día lo único que me importa es estar discutiendo contigo. Y tienes aun más razón al decir que miento… Sí, cuantas veces no te he mentido, y he dicho que sí a cada capricho tuyo con encanto; no pues yo no estaba encantada. Yo le tengo miedo hasta a tu sombra, le tengo miedo a tu opinión, a tu sonrisa, a tus preguntas…sin embargo he aprendido hoy a reírme. Me rio porque ya nada es importante o irrelevante, todo es igual al fin y al cabo. Puedo hacer y decir muchas cosas de mí y de lo que pienso pero eso no va hacerte cambiar las cavilaciones ni juicios que tienes de mí. Me rio porque no me queda nada más que hacer. Porque sé que esto me causa más pesar que a ti.
- Basta señorita, basta ya –se había sensibilizado pero aun me miraba con seriedad y lejanía en los ojos.
- Sí, basta ya, basta –tuve ganas de llorar y a la vez de reír, pero sentí una paz muy en el interior desde la garganta.
- No te creo nada, pues tu misma has aceptado tu mentira general, que nada es cierto en ti, y aunque me sorprende tu imaginación para querer convencerme, te doy las gracias por esto, te tendré siempre en recuerdo, pues tu mejor que nadie me has sabido complicar, ese mérito lo posees hasta ahora.
- He dicho todo cuanto es cierto para mí, pero a la vez tú tan sabio, tan lleno de conjetura y juicio siempre tendrás a quien juzgar y alegarle la mentira, para que sigan actuando cíclicamente en tu teatro. Y siiiiiiii basta ya, basta ya.
- Adiós señorita, Ud. si que está loca –sonrió pero sin seguridad y se volteó para alejarse.
- Sí, estoy loca –lo observé alejarse y aun estando cerca me invadió completa la inagotable nostalgia, aun seguía temiéndole a su juicio y también le di casi toda la razón, pero esta vez fue diferente, esta vez me sentí mejor y me reí de mí.