C27
11:49 a.m. Edit This 0 Comments »Dos soles en el bolsillo y un camino partiéndose en cuatro.
Qué habría tenido que suceder para ver llanamente el resplandor de aquel ser subsistiendo.
Ivo como tal astro, no podía vivir sin su fulgor en flama; y Lamia no podía ver el sol, como ninguno puede verlo de frente cuando desea.
El marco de la casa se había venido abajo con muebles y esperanzas destejidas. El anillo había girado y perdió su dedo por motivos animales; por vestir la basura como un amor despersonificado. Y qué habría tenido que suceder para cernir como un buen sastre con pinzas la verdad a su lugar.
La roca oscura trajo la muerte a la medianoche, y en el último momento como sastre arrojé mis agujas con la cabeza hacia atrás, desgarrando las estrellas; pero la noche, noche, noche, noche, noche, noche, noche; estallaba en pedazos en la sombra y una angustia coagulada se destilaba al ras de la avenida.
Lamia con sus signos pateó las rocas en su martirio; el dolor de nuevo, sangrar las mismas heridas.
Pero en el monte cuyo vacio flameante, expulsaba voces; se irguió tras el Vesubio.