C25

12:12 a.m. Edit This 0 Comments »
- Sigue siendo difícil conocerte –Dijo Mel- afuera, abajo, en medio de los enredos de nuestros dedos y cabellos, entre las preguntas que hago cada vez que te miro; el doblar de las mangas, el torcer de los dedos, el humedecer de tu boca que tiembla cuando se acuerda de mí, el espejo que se yergue en medio de todo y nos recuerda que nos seguimos mirando, que no existe aún un punto medio. Desde que soy tu criatura alada esta mañana, este pez dejándose notar para que lo muerdan los demás, vuelvo, recuerdo por qué el exilio que habitamos detenía los fulgores de la muerte. Pero revolvemos las vísceras al abrir los ojos como una extraña e indestructible razón. Cuando sostenemos el cuerpo para no caer, seguimos reafirmando nuestra existencia, seguimos por nuestras mismas pisadas abriendo puertas y botones, no salimos, escondemos los temores.
No hay punto final, lo que queda atrás solo se multiplica, afuera, abajo; mientras yo continúo limpiando este cuerpo con palabras cada vez que encuentro este camino de este color tan ajeno, y aun no sé, cuál de los dos está más solo, quién de los dos descansa inútilmente su memoria.

Funeral

11:35 p.m. Edit This 0 Comments »
En esta doblez del segundo
mi cuerpo ha dejado de existir para sí mismo
vuelvo a ser el desagüe de otros
las piernas de esta mesa que ruge al compás
de mi voz cuando callo
cuando dejo de soñar en este presente

Me gusta morir
Una vez y de nuevo
Contigo o sin ti
Me gusta morir
Tener la sustancia de los deseos colgando
sin escamas que puedan medir las ondas
sin el rumbo de los pasos bajo la lluvia

Así, moviéndome, moviéndonos
en la pala que remueve el suelo
palabra marga que perfora
en mi pecho
en el seno de mi ombligo

Moviéndome en la noche
sin artificios cardinales
buscando el vacío más cercano

Para encontrar mi funeral
ángulo y punto
fuera de mí

muchedumbre descosida

12:00 p.m. Edit This 0 Comments »

Íbamos caminando por un puente, estábamos a punto de atravesar un cuello a pié con la última palabra, fugaces palabras\. Por qué teníamos que envolver este presente, para mañana, para nadie que lo abra; por qué no seguíamos cruzando la vereda, obviando los carteles, las respuestas, los autos y las multitudes que yacían debajo. De pronto, un grupo de niños se asomaron agitando sus pañuelos bajo el cuello, deslizando sus cuerpos como marionetas, como dardos lanzados sin refugio. No tenía caso, seguía olvidando que continuaba yo, caminando sola en la via a casa, via de vuelta a la otra puerta, mi otra casa.
Descendí al paradero y la multitud envolvía mi tristeza. Una mano alzada, cuchillos apuntando hacia los ojos para capturar con presura; cada ves la gente actuaba más extraño, pero que carajos hacía yo meditando en el tumulto; tenía que llegar a clases esta ves temprano, tenía que empezar a rescatarme con alguna disciplina.
A rodar así, un móvil me conduciría a mi destino. Era invierno, y parecía romper su aliento en las ventanas. Sí, aquí dentro hay también silencio, pero todas las desventuras de estos sacos acomodados en la línea que comparto, se enriedan, se ahogan y aplastan como orugas anidadas en la puerta.

un par de objetos pequeños

11:39 a.m. Edit This 0 Comments »

















Todo es extraño aquí, cada tiempo tiene un sentido diferente, cifras desprovistas de sentido; mientras los demás escriben palabras ardientes en trajes amarillos, roban nuestros rostros como bocas que se adhieren a las cosas, como una inmensa rémora que hunde el blando suelo y pasan levemente, pasan simplemente. Pero yo no puedo, ...no puedo agitar esas palabras altas y gigantes. Te has dado cuenta, que en este sitio las cosas son inmensas o muy pequeñas; pero yo no puedo, ese es otro universo. En cuanto a nosotros; este es nuestro universo, esta pala que golpea a mi puerta una docena de veces al día insistentemente. Nos damos cuenta que somos también gigantes, entes que pueden hacer estremecer la ráfaga tibia que se descompone y todo, parece que todo fuese nuestro. Pero somos tan solo dos puntos pequeños o sombras que suben hasta el techo