No haces temblar a otro ser

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Una despedida que ignora el hado final del día, uno típico como el de ayer; y como todos los otros días que transitan trashumantes sin cesar, frente a la muerte. Frente a una inmensa pila de muertos, que cada vez son más anónimos, ya que el fin de un respiro, de una vida, tiene la misma carga de importancia que la publicación de un cuasilibro de una joven, el mismo peso de atención de los medios por un producto para bajar de peso.
Cuantas muertes sabemos hoy, y no nos pesa, no nos quiebra, no nos afecta. Porque hoy si alguien es arrancado abruptamente de la existencia, ya no nos aflige, en perspectiva.
Somos millones de millones de humanos limo, respirando con sentido o sin él, y si es que alguno fenece como consecuencia natural del movimiento de la naturaleza; no se siente, no altera ni perturba; de la misma forma como al atribulado árbol, continua rebosante y vigoroso, aun así, si es que se ha despedido de una hoja arrancada o de una rama completa.
Hoy, cuantas muertes súbitas, que ya no retuercen la emoción, porque son tantos y la pena no le alcanza al hombre. Pero que tal pena, tan ligera ¡
Millones de posibilidades de plenitud de vida, yacen en cuerpos purulentos entre los escombros, y aquí estamos vigorosos, tan resueltos sonriendo, porque la pena ni el lamento le alcanza a tanta muerte. Y si te toca, y si te conmueve alguna fibra y te liba la sonrisa; no te dura, se esfuma. Sigues siendo espectador, tu sangre no se hincha en desolación, no es lo tuyo. No es alguien que amas como una extensión tuya, quien jamás te dirá: “Que orgullo, ser tu amigo, cuanto te he querido”. Tú vas a despertar y tu mundo de m² continúa impertérrito, porque no eres TÚ, ni a quien amas; quien llora la negación de la despedida, la culpa de no haber dicho lo que se quiso decir. No, no te afecta, no es tu carne, ni la de los tuyos la que se disipa entre muros rotos. Sin embargo crees ingenuo que tal hecho no te toca, y no te llega, pero te aseguro que sí. Ese día, el que tú no esperas, ese día aciago te llega y la lástima deja de existir y te resientes en furia con este mundo que no se inmuta, porque lo tuyo no es nada; porque tu historia ni tu muerte vende algún dinero, porque ya no haces temblar a otro ser humano.

Devela

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Llevo una letra de invita
me parto en dos, en cuatro
y en parafina destilo mi lengüita;
me deslizo jugueteando, brincando, rodándome en un torso,
en un tramo de algún brazo
sellando en el pecho de la vela,
alguna huella de mi paso

En la hora, crispo en carcajada
centelleo hacia lo alto,
¡Qué flagrante brillo¡
Esparcida sobre la llanura
flotando epicúrea, mandándole besitos a las rocas

Arrojándole mis pudorosas carnes
a las altas pasiones,
en la vital llama de la hoguera
mordiendo alguna que otra boquita
y yo ilesa, sonriendo;
regreso ceniza,
a la vena de la arena.

VII

1:46 p.m. Edit This 0 Comments »

Cruje la lengueta vergonzosa
se peina, se lubrica;
recrea la moral inversa,
sobre encima la saliva
en dos ligeros roces
como el ladrillo y palo
que se distienden sobre techo
en un frenético intento
de alcanzarse virtualmente
en aliento y sombra;
en un simple primer plano
un tanto más
y casi, casi
casi
que son polvo y roca
universo y nada

Los contemplo espía
me cae, que algo traman
esconden de mi vista esquiva
el vivo beso
de anudada lengua
ese aquel que en busco a pie
tocando
dejandome tocar
de casualidad o
de pura rueda

Enemigo vecino

9:08 a.m. Edit This 1 Comment »


Puño,
puñete
arremetes
contigo, contra
conmigo
lo haces
Enemigo de esta casa
conciente a tropel
punzando prieto
airado del afta
y yo bailo, bailo
me retuerzo y escribo
punto trocado
me muevo en sigilo

y al fin desvirtuado
cáustico lleno
con pescuezo a la mano
un canto, plácido
y dulcío en la rabia,
en la furia
Torturando la muerta
aplasto tan sosegado
a rato, la rata
y te replico al oido:
Esta muerta, no ves?

6:00 a.m.

4:22 p.m. Edit This 0 Comments »

Ignoro
Ignoro tanto
de los sucesos matinales
de las tertulias cantadas
a las seis de la mañana
Incluso de esta claridez

va deglullendo la anterior noche
se la come deliciosamente
le tritura el broche
de las horas p.m.
burlando jocosamente
el engranaje de esta mente

Vaya que no me había dado cuenta
de la gula de estas horas,
que se ha gozado parca,
masticandoze mi anoche
pero me gustaría preguntarle:
A que saben.
Que deleite le encuentra
en tragarse:
Uno,
y otro,
y otro,
y otro día;
porque realmente ignoro todo eso

C14

4:21 p.m. Edit This 0 Comments »
La hallé con los ojos hinchados, bañada de las gotas del caño sobre su rostro. Sabía que esa llamada la había perturbado, sabía que el ex esposo tenía algo que ver.
Ella me decía que lo que más le afectó que dijese fue: “Que se olvide de mí, porque ya no la necesito más”.
La observé llorar, quiso contenerse, demostrarme que había aprendido la lección aquella, pero lo que sentía la desbordaba; la decepción se deslizaba por sobre sus ojos, esa sensación de algidez bajo la lengua, que se forma cuando nos damos real cuenta del otro, de la parte aquella ruin, que es capaz de desenvainar el ser que horas antes nos prodigaba el amor puro. Su pecho regurgitaba airadamente la cólera contenida. La observaba calmada, intentando evitar contagiarme por su emoción, pero me fue en vano, la que estaba más embargada por la escena rebusque, tal vez era yo. Pienso que nos dolía romper ese idealismo romántico, ese romanticismo exacerbado que habita latente en uno. Darnos cuenta de la amplia gama de acciones que es muy capaz de realizar el otro, al margen de uno o incluso en contra de uno mismo (conocido despecho).
Seguíamos siendo unas niñas después de todo, aun nos afectaba descubrir que lo que llaman amor, tiene su otro lado muy desintegrado de lo que fue tan sublime, y que en una metamorfosis se caldea en el desprecio y/o venganza. No lo termino de digerir nunca, aunque las mayorías confirmen que es lo natural en el proceso de separación (más parecido a la separación de bienes en sí).
La veo llorar, y en sus ojos yo también lloro con ella. En tan solo unas horas el amor que ella entendía, viró a otro rumbo más dantesco; se torció en una decisión tan sencilla. Y me doy cuenta con ella, que ese romanticismo shakesperiano termina por herir aun más, cuando se levanta el telón sin previo aviso.
“El amor bajo la manga”, y se transforma en un sentimiento sencillo de transformar hacia la nada, hacia la indiferencia o la venganza más vil. “Todo eso es mierda”, se lo digo a ella. Tan mierda como lo es el romanticismo idealista, lo pienso.C14