Parados en el autobus

6:15 p.m. Edit This 0 Comments »

Observo…
aspiro el tedio del tumulto
Te miro entre la gente, y ya no eres tú
Viro a la ventana y me encuentro a mí
El carro avanza, el viento me lleva
vas muriendo un poco, tal vez no seas tú

El agobio acalambra mi pierna
cambio de postura a la derecha
el gentío se aglutina y aun te observo
descanso el pensamiento y te rebusco
te recuerdo, te ansío

A la media hora me incorporo
me percato de tu real ausencia
me inquieto y me doy cuenta
que tal vez no eras tú
eran todas las gentes del autobús
todos juntos escarbando el día
apretujados, evitándonos sin logro
…tal cual así, lo comprendí:
No sería suficiente…
no las horas en el reflejo
ni los días, ni los inagotables días,
ni el artificio cognitivo del afecto


me había ido en las horas
en los días, en los meses;
dentro del gentío lo olvidé
como el vidrio olvida el reflejo
olvidé quien se había ido
olvidé quien había sido….yo

C11

5:32 p.m. Edit This 0 Comments »


Navidad, festividad antiquísima que exacerba los anhelos, los caprichos, los sentidos y en algunos pocos afortunados casos, sensibiliza a la persona.




Lo que más amo de la Navidad, son los detalles, todo ese conjunto de bagatelas, adornos, peluches, luces y regalos que engalanan las calles y las casas.
Amo su diversidad, su colorido flagrante, ROJO Y VERDE…detalles son solo detalles, que se aglutinan y culminan en una fiesta de exceso al estilo barroco.. Oh si…cuanto disfruto toda esta escena, todo ese millón de detalles.




C10

4:31 p.m. Edit This 0 Comments »
(…) Una de las veces que regresé a mi grupo, no pude contener las ansias de aproximarme a ti, de intercambiar unas palabras más y aplacar un tanto el halo de prohibición que despedías.
Me acerqué –no recuerdo con qué excusa- serví la cerveza en los vasos, para ti y tu amigo, yo en medio observando todo el gentío; mi grupo hacinado entre tanta bullanguería y poca diversión perdía su vista en alguna posibilidad. Por supuesto tú y tu amigo se secaron la chela al toque, y acto seguido yo les copié el ritmo también –es una mera costumbre-
La música empezó a sonarme con mayor cadencia y comencé a disfrutarla por primera vez en toda la noche –tal vez fue a causa del alcohol, es lo más probable- Había conseguido mi capricho, estaba a lado tuyo, y era contigo con quien había estado queriendo bailar…
Mientras nos dirigíamos sin rumbo claro entre el tumulto, mis amigas nos siguieron con la mirada, tan intrigantes que hasta en la nuca les percibía las miradas clavadas. El ambiente sonaba bien, la gente entre apretujada y extasiada se contoneaba al ritmo de la música electrónica. Por esos instantes me olvidé del chico al que esperaba esa noche, me olvidé de tantos otros detalles inconvenientes.
Apenas y había terminado de memorizar tu nombre –o bueno el abreviado de tu nombre- en verdad me importaba poco quien fueras, desde el momento que supe que tenias dueña enamorada, oh claro eso también era algo a tu favor de cierta forma…lo olvidé, la música sonaba demasiado bien. Tú acercabas tu pelvis con la mía siguiéndome el ritmo, y me empezó a gustar tu cercanía, me voltee y te di la espalda, te aproximaste sin titubear, tu cuerpo sosteniendo el mío –oh que rico se sentía eso- mientras nos movíamos acompasados tratando de seguirnos el mismo ritmo, posaste tus manos alrededor de mis caderas, acercándome aun más contra tu cuerpo, llevándome a ese juego con placer. Te apoderabas de mí como si siempre hubiese sido tuya, de tus manos; donde el permiso hubiese sido una burda exclamación. Dejabas que me deslizara a mi antojo, siempre con las manos unidas a mis caderas, -deseábamos lo mismo, aunque ni siquiera supiésemos qué- llenos de deseo, jugabas por mi pelvis…bajabas hacia mi entrepierna, casi rozándome para luego retornar, acaso dudabas?
Me empezó a gustar aun más eso que me hacías, ese juego del que me hacías parte; tu ímpetu, la firmeza y seguridad con que recorrías mi cuerpo a tu gana, me incitaba y te dejaba tocarme y era tan excitante. Nos envolvía el placer puro, ni siquiera había que pensar, solo estar ahí y disfrutarlo, sentirlo…y así cuando creía que era lo más lejos que ibas a llegar, deslizaste tu mano izquierda por debajo de mi short y continuaste tocándome, esta vez con más firmeza. Tu impulso me tomó por sorpresa pero a los tres segundos me sentía tan excitada que ansiaba continuaras tocándome. Entré en trance y todo alrededor se tornó lento y difuso, hacías círculos con tus dedos, de arriba abajo, suave y rápido; firme y lento, tan deliciosamente que me hacías temblar; quería gemir, quería gritar; pero había demasiada gente a nuestro alrededor, así que me contuve, traté de enmudecer.
Era fascinante esa forma tan autoritaria con la que me poseías, seguías y seguías; el tiempo parecía interminable a mi favor, te tomé del cuello y me uní a tu cuerpo aun más, respirando acelerado, jadeando de placer, tratando de hacerlo bajito, desquitándome con tu cuello, apretando mis dedos contra ti; hasta que me penetraste con tus dedos, dejándome impávida y extasiada de placer, contigo.
Estábamos bailando?, no recuerdo ni un solo detalle contextual de ese instante, tan solo el placer, el placer de sentirme tuya como si nos conociésemos en verdad.
Una y otra vez y seguías invadiendo mi zona sur con avidez, y yo tratando de no retorcerme, gemía bajito y me llevaba la mano a mi entrepierna con la tuya celebrando cada uno de tus movimientos, era más que delicioso, me excitabas completamente, con placer, con un halo de erotismo; que me recorría un frio liquido hasta la frente y a la vez mi cuerpo ardía con el tuyo. Tan excitados…se sentía tan bien…

Lo poco que se dice

10:17 a.m. Edit This 0 Comments »

Un delgado hilo
eso es, ese es el único medio
lo demás es un silbido
que se desprende de las palabras
como el saludo sin contenido
como lo son tus versos lascivos

Tambaleas siguiendo el viento
tan trenzado como un nudo
y aun sigues firme
uniéndonos los puños;
Impenetrables como la piel





Eso es, lo tengo que cortar
incrustarle las tijeras a esa piel
quebrarle el hueco hueso
y al fin dejarlo
con la sangre corriendo

Sin dolencia, sin la queja
Sobre todo sin la culpa
pues tan solo era el hilo
Eso era, eso es
No es cierto?

C9

10:03 p.m. Edit This 0 Comments »
Abrazados, casi dormidos en el suelo del cuarto de mi tercer piso, susurrando en complicidad sobre lo divertido que era esconderse del escrutinio de nuestros cercanos. La puerta abierta hacia el pasillo nos regalaba un poco de las luces de la calle a la madrugada, pareciese que hubiésemos estado meditando en silencio aisladamente de nuestro circulo social.
Los demás dormían placenteramente mientras tú y yo nos amábamos una noche más en el silencio, en ese cuarto habitado únicamente por cama, libros y abundante polvo. Nos contemplamos un rato, no teníamos necesidad de decir algo, al poco tiempo de pronto adivinaste mi conjetura y sonreíste, te acomodaste un poco más y dijiste: “Nos estamos enamorando”.
Al acabar de oír tus tan seguras palabras, por un momento me convencí así también de tu certeza, y a los cinco minutos me invadió el nudo y el vacío nuevamente. ¿Como podrías adivinarlo?, por supuesto que lo que acababas de decir no fue más que una conclusión basada en la emulsión subjetiva de ese momento sublime, era una expresión simbólica de lo que esperabas estuviésemos sintiendo simultáneamente.
Sé que lo sabes, con tu sencilla observación y conjetura; sé que lo sabes aunque finja y trate. De todas formas habíamos tenido que terminar jodidos por esas personas.
¿Recuerdas aquel miércoles?...Ese miércoles que estuvimos juntos, ese día que nos desvanecimos y lloramos, ese día lo descubrimos.
Tú por tu parte intentaste con sutileza comparar tu separación con la confusión que me hacía perder los estribos nuevamente, volvimos a revivir aquellos días donde tu casi te congelaste en el tiempo y te hundiste en el vacio hueco de la depresión, dejando a los demás absortos e impotentes frente a tu estupor melancólico. Te caían las lagrimas al recordarlo y prometiste que no dejarías que yo cayese en una situación así tan aciaga, me tomaste en tus brazos con la mayor protección que alguna vez hubiese podido experimentar. No tenías esperanza alguna ese día, lo percibía en tus ojos tiritando; estabas casi convencido que mis sentimientos hacia ti se habían esfumado por esa irrupción de mi pasado; y aun así tus palabras de fortaleza y cariño sonaron más seguras que antes.
¿Que podría haber dicho para estar a la altura de tal demostración incondicional?, o era acaso un juego, una estrategia emocional que estabas adoptando para convencerme de tu superior madurez emocional, y aunque así lo fuese, ¿podría ser suficiente para dejar de pensar en la otra persona? Tú lo sabías todo, mis más hondas preocupaciones y las desavenencias que se sucedieron en mi crisis emocional de agosto, habíamos llorado tanto aquellos días, nos sentíamos tan solos que nos buscábamos con desespero para intercambiar aunque sea el mejor resumen del día para luego callar.
Ese miércoles en el mismo lugar, volvimos a llorar. Lo quisimos evitar, tratamos en vano de levantar el muro adulto, y nos disipamos, nos entregamos en la pura verdad. Y la pura verdad de ese maldito día, era que aun no podía olvidarlo, y que ese recuerdo en vano me venía desestructurando todo nuevamente. Cuestioné por supuesto mis decisiones, pues no habían sido lo suficientemente validas como para dejarme avanzar. Nadie lo podía entender mejor que tú, nadie más podía protegerme como tú y aunque todo había cambiado, aun estábamos ahí; juntos.
Ya han pasado varios días desde ese miércoles hasta este día, y ahora tú tienes la certeza de nuestra relación, y yo aun no la termino por aceptar.
Todo ha cambiado, no solo lo que sentía por la persona que acaba de irrumpir nuevamente en mi vida, sino así también nuestras circunstancias y sentimientos presentes, pero me ha dejado de importar, sabes por qué? porque ya me he extirpado la honda pena y culpa, el sentimiento y la iniciativa de acercarme a esa persona en primera, gracias a ese día miércoles que pude decirte a la cara en lagrimas lo que no había podido decirle yo a él, lo que a trozos se me atormentaba y atragantaba, limitando mi propia voz, callando mi libre amar.
Hoy es así, mañana quien sabe; la certeza que estaremos ahí juntos persiste aun, basta saberlo para sonreír a diario, basta saber que la ilusión no nos embarga y que aun sin ella estaremos juntos.
Ya ves, mira como es... ahora cuando quiera puedo decir y vociferar lo que me arde en el alma, o lo que me aflige en la boca del estómago; lo puedes ver?, no sé si te das cuenta... Por supuesto que te lo debo a ti. Amigo, mi amor.