25 d Diciembre

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- No volveré a tocarte, lo juro -tornando su expresión un poco seria se calló-
- Eres hombre, cuando estas caliente no piensas -mirando a la derecha también guardé silencio-

Era inutil seguir conversando de mas recuerdos penosos y recientes pensé, se podía oler las razones de nuestro arranque y no era necesario aclararlo.

- No sería capaz de mentirle a nadie, no entiendo esa habilidad para tejer mas y mas trampas -rompió el silencio que me había empezado a perecer mas comodo.
- Una simple mentira que no puede ser perdonada -me llené de una emoción molesta- que tan dura puede ser?.

Se sentó y tomó un cigarro y lo encendió, esta vez con gracia de gangster, queriendo tal vez sentirse grande y en una escena de alguna película de mafiosos en un momento decisivo.

- Sé que aun me falta mucho por vivir y por eso me duele tal vez un poco mas la indolencia de algunos -sus ojos estaban ya brillosos mas que antes y miro el cielo tal vez para evitar que viera sus ojos, pero la noche llena de brillo reflejó aun más su angustia- ..gracias por escucharme... después de tantos años seguimos siendo amigos.
- Amigos, cierto... pero hemos cambiado -quise desviar la conversación y pensaba robarle el cigarro que desperdiciaba en la mano -y encima nunca me enseñaste esta tu terraza¡¡.
- Ay mujerrr, ven sientate aqui conmigo -y esta vez me abrazó paternalmente y con un tono un tanto adulto como hace tiempo yo le recordaba- Ella ha de tener algo emocionalmente que tú no tienes -opinó sobre lo que no habia querido hablar.
- Muchas cosas seguro -y sentí un gran nudo en la garganta que me impidió seguir, miré la avenida llena de luces y olvidé que estaba allí- solo somos juguetes....juguetes entre todos y no puedes perdonar un mentira porque te mientes a ti mismo
Odias tanto la mentira como yo, porque mientes... te mientes a ti mismo para anestesiarte el mal recuerdo que te provocó ser tu¡¡
- Juguete porque te entregas a la deriva y con cada asqueroso que te ha tocado te vas haciendo menos tú -con una rabia de respuesta había tirado el cigarro y me miraba fijamente-

- Feliz navidad, amigo mio..
- Feliz navidad.

Tomé mis zapatos y me perdí en el oscuro pasadizo, bajé las escaleras y recordé en ese instante que había prometido no expresarme asi.

- Después de todo, todos cambian..no? -lo gritó desde la terraza y la avenida se torno mas brillante aun- los juguetes no cambian.. solo se rompen¡¡ - su voz cayo como eco en mis oidos, lastima que solo mi espalda lo haya entendido.

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